¿Qué pensarías si alguien te regalase un buen vino, pero, en lugar de regalarte una botella, fuese una lata de vino, un bag in box, una botella de aluminio o de cartón?
Seguramente muchos pensarían que un vino en lata no puede tener una alta puntuación por el prestigioso Parker, ni tampoco aquel que va envasado en una caja de cartón con un grifo (Bag in box o BIB), y mucho menos, si es una botella que, a pesar de tener un bonito diseño, está hecha de cartón o de aluminio. Pero, en el mercado del vino cada vez son más las alternativas que están a disposición de las bodegas para sorprender a sus consumidores y adaptarse a su estilo de vida y sus necesidades para diferenciarse de la competencia y, sobre todo, para reducir la huella de carbono. Y es que, en el caso de una botella de vidrio convencional, en algunas bodegas, el 40% de la huella de carbono puede corresponder a emisiones asociadas a la botella.
Los distintos envases dedicados a envasar vino que conocemos en la actualidad luchan por hacerse hueco en el mercado destacando atributos como el aspecto, la comodidad, durabilidad, versatilidad, y sobre todo la sostenibilidad, siendo esto último lo que debería imponerse por norma, pero que normalmente está reñido con otros aspectos que nos hacen juzgar la calidad de su contenido, dependiendo de cuál sea su continente.
Por ejemplo, en el caso del vidrio, si tenemos en cuenta el peso de la botella vacía (entre 400 y 600gr), llena y con su etiqueta, corcho y cápsula (entre 1.2 y 1.4kg siendo vino tranquilo), el 40% de la huella de carbono podría estar relacionada con las emisiones asociadas a la botella, teniendo en cuenta además del material, todo el proceso productivo y su posterior transporte y las emisiones que de esto se producen.
Si optamos por el envase de Bag in Box o como comúnmente se le conoce, BIB, hay que tener en cuenta que el 80% del material es completamente reciclable y es el envase con mejor huella de carbono en su categoría, según un análisis del ciclo de vida (ACV). La huella de carbono de una botella de vidrio de 75 cl clásica es de 875 kg CO2, mientras que la de un Bag-in-Box de 5 litros es tan sólo de 170 kg CO2, es decir, 8 veces menos. Si tenemos en cuenta el transporte, en el caso de los BIB plegados, requieren seis veces menos vehículos que el transporte de botellas de vidrio de 75cl, que si lo calculamos para un millón de litros, harían falta 36.8 camiones para las botellas frente a los 6.4 en el caso de los BIB.
Si pensamos en el clásico sistema de envasado de la cerveza como son las latas, las ventajas a la hora de reducir el impacto medioambiental también son significativas, ya que el envase está hecho de aluminio, un material 100% reciclable. Además, su peso al ser menor con respecto al vidrio, se reduce el impacto de la huella de carbono en un 35%.
Las latas presentan otra serie de ventajas que muchos bodegueros están valorando de forma positiva como son la comodidad a la hora de consumir en el momento, al mismo tiempo que permite enfriar el líquido más rápidamente y lo mantiene frio durante más tiempo. Si en lugar de ser una lata es una botella de aluminio la comodidad es mayor puesto que permite abrir y cerrar la botella con cierre de rosca tantas veces como sea necesario, haciendo posible que se pueda transportar sin riesgos de verter su contenido y sin necesidad de tener que terminar el contenido en el momento para transportarlo.
La durabilidad es otra de las ventajas de esta nueva modalidad de envase que se está imponiendo en algunos países, sobre todo en EEUU. Son envases que no se rompen con facilidad y su revestimiento interior protege el contacto del vino con el aluminio directamente. Además, al ser opaco lo protege de cualquier luz exterior directa alargando la vida del producto.
EL VINO EN LATA
Según un estudio realizado por la consultora Nielsen demuestra que el crecimiento del consumo de vino en lata ya representa un negocio de 45 millones de dólares en Estados Unidos y un aumento de la producción del 59,5% en un año. Es, por tanto, el porcentaje de crecimiento más alto jamás contabilizado entre todos los envases alternativos al vidrio. Si hablamos de ventajas del vino en lata, podríamos decir que este tipo de envasado es más atractivo para determinados consumidores, sobre todo para los más jóvenes, que perciben este tipo de alternativas como algo nuevo y actual, más fácil de abrir que una botella con corcho, más ligeros y más fáciles de transportar que los embotellados para llevar a cualquier lugar, sobre todo donde el vidrio está prohibido, suelen ser más económicos que una botella de 75 cl ya que son más pequeños y ligeros, son dosificables en volumen y precio, son más ecológicos, fáciles de transportar, resistentes y duraderos. Etc.
Pero también tiene algunos inconvenientes como que no es compatible con cualquier tipo de vino, algo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar la estrategia comercial de cualquier marca.
Estos y otros aspectos son muy tenidos en cuenta por las bodegas a la hora de decantarse por un tipo de envase u otro a la hora de presentar un producto en el mercado. La asesoría en este tipo de casos es fundamental, pues de esto depende en muchas ocasiones el éxito de un producto y la imagen del mismo. Grupo Agrovin, con más de 60 años de trayectoria en el sector vitivinícola, cuenta con un amplio y experto equipo de profesionales dedicados a la asesoraría y consultoría que trabajan por y para las bodegas.
El grupo cuenta con un amplio portfolio de maquinaria y sistemas de envasado de vino, así como para aceites y otros productos líquidos alimentarios, preparados para hacer uso de diferentes envases, haciéndose cargo en todo momento de la planificación, asesoría, soporte técnico y puesta en marcha de la línea completa de envasado tanto para botellas como para latas, botellas de aluminio y BIB.
Para más información sobre las líneas de envasado de Grupo Agrovin, ponte en contacto con nosotros aquí: info@agrovin.com