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Las nuevas reglas en el etiquetado del vino que se avecinan

Ya queda muy poco tiempo. Como sabes, a partir del próximo 8 diciembre, el Reglamento (UE) 2021/2117, publicado el 2 de diciembre de 2021 que modifica las normas de etiquetado del vino y vinos aromatizados, obligará a incluir en la etiqueta la lista de ingredientes y la información nutricional de los vinos. Aquellos producidos y etiquetados antes de esa fecha no se verán afectados y, por tanto, no necesitarán ningún tipo de modificación en sus etiquetas, por lo que podrán ser puestos en el mercado hasta que agoten existencias.

 

Y es que, a partir de esa fecha, todos los vinos comercializados en la UE han de incluir obligatoriamente en su etiqueta cuatro aspectos clave: valor energético, intolerancias o alergias, declaración nutricional y lista de ingredientes.

 

A través de este post y de la mano del prestigioso enólogo asesor Laurent Chancholle, queremos daros a conocer algunas de las principales modificaciones que encontraréis en nuestro libro blanco del etiquetado del vino.

 

Toda la nueva normativa, en el Libro blanco del etiquetado del vino

Agrovin Libro Blanco Etiquetado del vino small

 

Debido a todos los cambios que se avecinan de forma inmediata en el sector vitivinícola a partir del 8 de diciembre, desde Grupo Agrovin hemos lanzado el Libro blanco sobre el etiquetado del vino.

 

Descargando este documento, obtendréis toda la información completa y detallada sobre todos los cambios que implica esta nueva regulación europea, así como nuevas obligaciones y otras indicaciones opcionales.

 

Los aditivos, sujetos a etiquetado

 

El Libro blanco recoge una completa definición de aspectos que las bodegas deben tener claros, como qué se entiende por ingrediente o la diferencia entre un aditivo -que sí ha de etiquetarse- o un coadyuvante, así como qué clase de dichos aditivos están sujetos a etiquetado, a los que se suman una serie de consejos sobre cómo se ha de llevarse a cabo este proceso.

El Reglamento (UE) 2019/934 de 12 de marzo de 2019 enumera las prácticas enológicas autorizadas, y su clasificación como aditivos o coadyuvantes (auxiliares tecnológicos). Solo los aditivos están sujetos a etiquetado. Estos son:

 

  • Correctores de acidez:

Ácido tartárico, ácido málico, ácido láctico, sulfato de calcio, ácido cítrico. Puedes ver nuestros acidificantes aquí.

 

  • Conservantes y antioxidantes:

Dióxido de azufre, bisulfito de potasio, metabisulfito de potasio, sorbato de potasio, lisozima, ácido ascórbico, dicarbonato de dimetilo (DMDC). Puedes ver nuestros antioxidantes aquí.

 

  • Estabilizantes:

Ácido cítrico, ácido metatartárico, goma arábiga, manoproteínas de levadura, carboximetilcelulosa (CMC), poliaspartato de potasio, ácido fumárico. Puedes ver nuestros estabilizantes aquí.

 

  • Alérgenos:

Ovoalbúmina y caseinato, que, si bien son considerados coadyuvantes, por ser alérgenos, también se incluyen en la lista de aditivos. Puedes ver nuestro certificado de alérgenos aquí.

 

Así, en él se explica que “con esta nueva regulación, por una parte, el consumidor podrá, de una manera sencilla y fácil, tener acceso a la lista de aditivos y al valor nutricional; y por otra, el productor no tendrá que sobrecargar su botella y deteriorar el visual de un envase con una cantidad de información poco atractiva”.

 

Como destaca el enólogo asesor Laurent Chancholle, “la declaración nutricional en la etiqueta podrá limitarse al valor energético (en kcal o kj), siempre que sea íntegramente accesible. De hecho, el valor energético tiene más significado para el consumidor que el etiquetado de la tabla nutricional completa, ya que el vino no contiene sal, proteínas o grasas”. En su opinión, es una cuestión de salud pública y transparencia de cara a los consumidores, así como de armonización con reglas establecidas desde hace mucho tiempo en la industria alimentaria.

 

¿Y cómo podrá el productor aportar esta información a la vez que el consumidor pueda obtenerla? “El sector parece estar avanzando hacia el uso de códigos QR, que se imprimirán en las botellas”, destaca el enólogo.

 

Las organizaciones sectoriales europeas se han ocupado de diseñar una plataforma colectiva que permite a las empresas cumplir con la nueva legislación y dar respuesta a las necesidades de información y transparencia de los consumidores. Además, hay empresas que ayudan a generar códigos QR. Todas ellas puedes encontrarlas en el Libro blanco que hemos elaborado.

 

TENDENCIAS DEL CONSUMIDOR ACTUAL: Lo saludable y lo sano

 

Sin duda, esta nueva normativa responde y se ha adaptado a las necesidades y tendencias del consumidor actual, que reclama productos saludables y sanos. Y no solo eso, sino que, cada vez más, la sociedad quiere saber y pide transparencia a la hora de decidirse por uno u otro producto. En un marco así, Laurent Chancholle cree que “es normal y es el momento adecuado para ponerla en marcha y asegurar de esta forma a los consumidores que se aplicarán las reglas definidas durante mucho tiempo en la industria alimentaria. La falta de transparencia implica que tenemos cosas que esconder y esto nunca es bueno en un mercado tan globalizado, competitivo e hiper conectado como el actual y, por lo tanto, con fácil y rápido acceso a la información”.

 

Este manual de ayuda a las bodegas lanzado por Grupo Agrovin aborda temas como el cálculo del valor energético y resuelve dudas que se les pueden plantear a las bodegas, como qué información debe figurar en la etiqueta física y qué puede proporcionarse por medios electrónicos o cuáles son las ventajas de utilizar códigos QR para mostrar la información sobre los ingredientes del vino.

 

Consecuencias nueva regulación en el etiquetado del vino

Esta nueva regulación implica, sin duda un aumento de gastos para los productores de vino, ya que se verán obligados a modificar sus etiquetas añadiendo el código QR y la etiqueta energética. Además, como señala el enólogo, “los distribuidores de vino tendrán que educar a sus clientes y, para ello, han de formarse en enología para, al menos, ser capaces de explicar por qué se encuentra tal o cual aditivo en los vinos que comercializan”. Laurent Chancholle va un paso más allá al afirmar que “seguro que algunos bodegueros y restaurantes revisarán sus estrategias de compra en función de las composiciones”.

 

Los consumidores valorarán a los productores que usen menos aditivos en general. “No creo que los consumidores estén dispuestos a aceptar pagar más por un vino de referencia que conocen porque se produzca con menos aditivos”, concluye el enólogo.

 

Estas son solo algunas de las consecuencias que traerá esta nueva regulación comunitaria que entrará en vigor en breve y que afectará a los vinos que se produzcan en Europa, pero que, en definitiva, tendrá consecuencias en todo el mundo, desde Estados Unidos a Reino Unido o Canadá. Como te hemos comentado, estas son solo algunas pinceladas de lo que se avecina, pero mucha más información con todo lujo de detalles puedes obtenerla en nuestro Libro blanco.

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